APLICACIÓN
DE TEORÍAS CONDUCTISTAS:
CASO A:
1. ANALISIS
DE DATOS
Nos encontramos
ante el caso de una niña de tres años que a raíz de enterarse de que su madre
esta embaraza y que por lo tanto va a tener un hermano, dejo de controlar los
esfínteres como forma de llamar la atención de sus padres por celos hacia lo
que viene.
La
niña, además de dejar de controlar los esfínteres ha manifestado conductas
caprichosas, ya que cuando sus padres no la complacen en todos sus deseos, la
niña manifiesta su enfado con rabietas,
gritos, llantos… que varían de duración dependiendo del caso que la hagan los
padres, es decir, si enseguida que empieza a llorar los padres van a ver qué
pasa la rabieta es más intensa y prolongada que si no hacen caso a la rabieta.
Los
padres, están un poco alterados por el hecho de no saber cómo reconducir las
conductas inadecuadas de la niña, que llevan repitiéndose alrededor de dos
meses y son diarias, muy continuadas y repetitivas ante cualquier situación a
la que la niña no quiera atender, y nos piden ayuda para poder intervenirlas.
2. INTERVENCIÓN:
Ante
esta situación nos planteamos como primer objetivo solucionar el problema del
control del esfínteres, por ello, les planteamos a los padres que una buena
idea para que se solucione es poner a la
niña un horario para ir al baño. Por ejemplo, después de desayunar, a media
mañana, antes de comer, a media tarde, antes de cenar y antes de dormir. Es
fundamental explicarle a la niña que si respeta este horario y si tiene ganas
de ir al baño fuera de él lo diga, será recompensada con algo que la guste. En
cambio, si no respeta este horario y sigue manteniendo esta conducta
inadecuada, será ella misma la que se tenga que encargar de cambiarse de ropa,
sin ayuda y que, aunque la ayudemos a limpiarse, se encontrara con una actitud
de los padres algo enfadada. Este registro se llevara a cabo a través de una
economía de fichas, en la que la niña tendrá claras las normas y estarán
colocadas en un lugar visible para recordárselas siempre que haga falta y el
premio positivo o negativo se la explicara antes de dárselo.
Respecto
a las conductas caprichosas se han de extinguir, sin olvidar que ahora mismo
esa niña está viviendo un momento de celos hacia su futuro hermana, hay que
explicarla con claridad que por que tenga un hermano ella va a seguir siendo
tan importante como hasta ahora para sus padres. Para extinguir las conductas
caprichosas y las rabietas podemos utilizar con la niña otra vez la economía de
fichas pero un poco modificada, haciendo que ella misma sea la que se
autogestione las fichas, bajo la supervisión de los padres y elija los premios que quiere obtener, pero
estos premio no tiene porque ser solo materiales.
CASO B
1. ANÁLISIS
DE DATOS
Oscar
es un niño de 4 años. Cada vez que sale a la calle con su madre pide que ésta
le compre juguetes. Cuando la madre le dice que no, Oscar responde a esto
llorando, pataleando… Ante esta situación la madre actúa de dos formas: riñendo
a Oscar, o comprándole lo que quiere. Ésta conducta de repite en casa y en la
calle
2. ANTECEDENTES:
El
niño repite la conducta porque ha aprendido que haciéndolo consigue su objetivo
la mayoría de las veces. La frecuencia de esta conducta se da cada vez que el
niño ve algo que le gusta cuando sale a la calle.
3. PREGUNTAS:
1. Ante
esta situación, la madre refuerza positivamente la conducta negativa.
2. Ante
esta situación, la madre refuerza la conducta negativa del niño, porque le
presta atención esto, a los ojos del
niño, es un refuerzo positivo para él, ya que la madre le presta intención.
3. En
el primer caso el niño obtiene dos cosas: la recompensa material (juguete), y
la atención de la madre.
4. En
el segundo caso el niño obtiene la atención de la madre.
5. Ante
la riña, el niño se sentirá molesto, pero seguirá actuando de la misma manera,
para seguir intentando conseguir aquello que desea
4. INTERVENCIÓN:
1º Recomendaríamos a la madre hacer una
actuación inicial en casa, explicándole al niño lo que harán cuando salgan a la
calleàejemplo
“iremos al parque, vamos a dar un paseo”; y en un principio tendría que evitar
pasar por los comercios, para así ir cambiando los refuerzos materiales por los
refuerzos sociales, y así el niño se irá acostumbrando a disfrutar simplemente
de salir a la calle sin obtener ningún premio a cambio.
2º Si las rabietas siguen, bajo ningún
concepto se le comprara nada, y tampoco se le prestara atención a esta
conducta; no se le regañara, simplemente ignoraremos esta conducta.
3º Cuando la mala conducta vaya
desapareciendo, la madre podría hacerle un “regalo sorpresa”, explicándole que
como se está portando bien y no pide cosas constantemente, recibirá recompensas
tanto materiales como sociales de vez en cuando. Ejemplo: le regalaremos un
coche de juguete, o iremos todos juntos al zoo.
CASO C:
1. ANALISIS
DE DATOS:
Niño de
11 años varón, tras llegar a casa de la escuela tiene tareas que hacer, pero en
vez de hacerlas, deja la mochila en su cuarto y se pone a jugar a la consola
durante 2 horas o más tiempo. Pasado ese tiempo, merienda y después sale a la
calle con la bici para ver si encuentra a algún amigo. Tras volver a casa 8 y
media aproximadamente (depende si se ha encontrado con alguien), va a su cuarto
y al sacar los distintos materiales de la mochila dice que está cansado y que
no le da tiempo a hacer los deberes, que es mucho y que lo mejor será hacerlos
otro día. Si se le obliga a hacer las tareas, muestra mucha ansiedad y
nerviosismo, se mueve de un lado a otro y no para de discutir con su padre
sobre la imposición de hacer la tarea. Tras casi media hora discutiendo el
padre le ignora y le dice que haga lo que quiera. El niño en ese momento se
encierra en su cuarto y se pone a leer tebeos.
Como antecedentes de la conducta
de evitación hacia la realización de tareas podemos destacar una serie de
estímulos: llamadas de los amigos a casa, en las cuales el niño habla con ellos
de quedar o de salir a dar una vuelta, el ver la consola nada más llegar, la
cual se encuentra en el salón enchufada a la tele, el tono de voz, los gritos,
la postura intimidatoria, los gestos y las expresiones de las que se sirve el
padre cuando llega a casa y que adopta cuando se entera de que el niño no ha
hecho los deberes, lo cual le provoca el niño este nerviosismo y ansiedad, y
tener tebeos en su cuarto los cuales siempre están encima de la mesa de estudio
preparados para ser leídos.
La conducta que nosotros queremos
que el niño que alcance, consistiría en que el niño aumentara los tiempos de
estudio y que esos tiempos sean lo más productivos posibles, es decir, que
durante ese tiempo el niño no se entregue a ninguna distracción y que poco a
poco pueda ir cumpliendo en el mismo día con las tareas propuestas. Asimismo queremos
que el niño, nada más llegar a casa, se disponga a hacer estas tareas y
realizar la conducta de estudiar de manera autónoma, sin necesidad de que
ningún adulto tenga que estar encima de él.
Si esto no se logra las
consecuencias podrán ser desastrosas para el niño en un futuro no muy lejano ya
que, al ir poco quedándose atrás en los estudios, su evitación hacia los
estudios irá a más y al final, si no llega a alcanzar el nivel necesario, podrá
llegar a repetir curso, de modo que al separarse de sus compañeros y al
encontrarse peor adaptado en un clase con niños de menor edad, su ansiedad y
sensación de fracaso irá mayores, pudiendo desarrollar conductas cada vez más
disruptivas, fruto estas de querer aliviar su frustración y de querer ganarse
una popularidad entre sus compañeros. Asimismo, creemos que también los
problemas en casa irán a más. Aumentarán las relaciones conflictivas entre el
niño y el resto de miembros de la familia, debido no sólo al fracaso sino
también a las cada vez más intensas broncas del padre, y al final este con tal
de dejar de sentirse mal tendrá problemas para quedarse en casa, pasando cada
vez más tiempo en la calle y poco a poco, lo más seguro, es que también
aumenten las conductas violentas de cara al resto de miembros de dicha unidad
familiar. Por otro lado, mientras esto ocurre el tiempo pasa y por tanto la
conducta disruptiva a modificar se cronificará cada vez más, provocando que al
niño le sea cada vez más difícil, reconciliarse con los estudios. Pero no sólo
eso, sino que también podrá evitar aquellas tareas que le puedan suponer no ser
agradables, no desarrollará responsabilidades, ni sentido del deber ni
lograremos que experimente sensaciones agradables por el deber cumplido.
Para poder lograr esta conducta
mediante el conductismo se aplicarán las siguientes estrategias: lo primero
será quitar del salón la consola la cual se guardará en un sitio adecuado, el
cual no conocerá el niño pero si los padres, después se procederá, no sin antes
hablar con el niño, a retirar de su cuarto aquellas cosas que puedan suponer
una distracción (tebeos, otras consolas, ordenador, juguetes, etc.) y se
procederá a guardarlos o bien en una zona común o bien en otra sala si la
hubiere a la cual el niño sólo podrá acceder al terminar su tarea. Más
adelante, se procederá con el niño a diseñar y concretar un planning de
estudio. Dicho planning será pactado entre este y el adulto. En él se pondrán
todos los días de la semana y dentro de cada uno de esos días se establecerán
los horarios de estudio adaptándose a las demás actividades a las que el niño
pudiera estar apuntando y que también pueden suponer una fuente de realización.
Asimismo firmaremos un contrato con él (como una especie de contrato
terapéutico). En dicho contrato se incluirán los compromisos y deberes que
voluntariamente adopta el niño y los objetivos que quiere conseguir, como
también se incluirán aquellos derechos que tiene, es decir, a que cosas puede
optar si cumple con sus obligaciones y como no debe de ser tratado en el caso de
que por alguna circunstancia ajena a él o circunstancial no pueda cumplir con
sus obligaciones. En el contrato además figurarán las sanciones o recompensas a
establecer, en el caso de que cumpla o no con las tareas.
Una vez
hecho esto, se procederá a establecer un contacto con el personal docente del
centro en el cual el niño estudia, le expondrá los problemas de este para
estudiar, pero no obstante hablará con los profesores sobre la iniciativa que
toma por empezar a tomarse en serio las tareas en casa y pedirá a los
profesores que le informen de los progresos o retrocesos que estos vean que
pueda mostrar. Asimismo se tendrá la opinión del personal docente en cuenta, de
tal forma, que también nos podamos plantear la posibilidad de adoptar otras
estrategias de intervención frente a este problema.
Tras
haber cumplido con todo estas fases, pasamos ahora a tratar de explicar como
vamos a hacer de forma más práctica que el niño adquiera dichas conductas. Una
vez que el niño llegue a casa, cumpliendo con el horario pactado y sin que le
dé tiempo para distraerse se le preguntará cuales han sido las tareas que le
han encomendado, una vez que nos las diga pasaremos a recordarle a que se ha
comprometido, le ayudaremos a planificar su estudio y le dejaremos que vaya a estudiar.
Tras pasar un rato adecuado se le preguntará que tal le va, si necesita algo,
etc. En ese momento si le vemos que está haciendo su trabajo, le reforzaremos
positivamente, diciéndole cosas que le hagan sentir bien. Tras haber pasado el
tiempo de estudio (el cual podrá ser ampliado si este necesita más tiempo), nos
sentaremos con él y le pediremos que nos enseñe las tareas, en este momento le
preguntaremos sobre las dificultades que se le han presentado, como se ha
sentido, y le daremos estrategias para superar la frustración. También le
pediremos que nos cuente que cosas ha aprendido, que le han parecido, si las ha
considerado interesantes, etc. Si vemos que ha estudiado, que ha cumplido, en
un calendario personal, hecho por nosotros pondremos una pegatina circular
verde como día conseguido, en caso de que no haga nada, pondremos en el
calendario una pegatina roja, que significará que no ha cumplido con la tarea.
Si esto ocurre, se aplicará castigo positivo, que podrá ser que ese día no
tenga derecho a leer tebeos o a tener un ocio, que al él le pueda gustar.
Si por el contrario, ha realizado
la conducta, se le dejará elegir en que quiere emplear su tiempo libre, esto a
diario. Respecto a las pegatinas verdes, estas servirán para hacer un programa
de refuerzos de intervalo y de razón, es decir, cuando acumule cinco pegatinas
verdes, estas servirán como puntos para hacer una actividad que al él le guste
pero más intensa, es decir, ir de excursión, al cine, comprar algo que le pueda
gustar, etc. Más adelante, con el fin de no acabar con el poder de refuerzo, el
número de pegatinas a acumular será mayor para poder realizar este tipo de
actividades.
Cuando
acumule cinco pegatinas rojas, esto no servirá como indicador para saber que el
programa no está funcionando y por tanto, se analizará la cuestión para obtener
las medidas adecuadas. Cada pegatina roja supondrá no elegir en el momento
después del estudio, en que poder disfrutar su tiempo libre. Cinco pegatinas
rojas, eliminarán la recompensa ofrecida por cinco pegatinas verdes. El niño
tendrá constancia de este calendario de pegatinas y en él habrá un apartado en
donde el niño irá poniendo que cosas quiere hacer cuando cumpla con las cinco
pegatinas.
MARTA NUÑEZ ROYO
NORA SEOANE CAJAL
LUCIA FERNÁNDEZ DÍAZ
MIGUEL NAJERA LOPEZ
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