viernes, 18 de mayo de 2012

APLICACIÓN DE TEORÍAS CONDUCTISTAS:

CASO A:
1.    ANALISIS DE DATOS
Nos encontramos ante el caso de una niña de tres años que a raíz de enterarse de que su madre esta embaraza y que por lo tanto va a tener un hermano, dejo de controlar los esfínteres como forma de llamar la atención de sus padres por celos hacia lo que viene.
La niña, además de dejar de controlar los esfínteres ha manifestado conductas caprichosas, ya que cuando sus padres no la complacen en todos sus deseos, la niña  manifiesta su enfado con rabietas, gritos, llantos… que varían de duración dependiendo del caso que la hagan los padres, es decir, si enseguida que empieza a llorar los padres van a ver qué pasa la rabieta es más intensa y prolongada que si no hacen caso a la rabieta.
Los padres, están un poco alterados por el hecho de no saber cómo reconducir las conductas inadecuadas de la niña, que llevan repitiéndose alrededor de dos meses y son diarias, muy continuadas y repetitivas ante cualquier situación a la que la niña no quiera atender, y nos piden ayuda para poder intervenirlas.
2.    INTERVENCIÓN:
Ante esta situación nos planteamos como primer objetivo solucionar el problema del control del esfínteres, por ello, les planteamos a los padres que una buena idea para que se  solucione es poner a la niña un horario para ir al baño. Por ejemplo, después de desayunar, a media mañana, antes de comer, a media tarde, antes de cenar y antes de dormir. Es fundamental explicarle a la niña que si respeta este horario y si tiene ganas de ir al baño fuera de él lo diga, será recompensada con algo que la guste. En cambio, si no respeta este horario y sigue manteniendo esta conducta inadecuada, será ella misma la que se tenga que encargar de cambiarse de ropa, sin ayuda y que, aunque la ayudemos a limpiarse, se encontrara con una actitud de los padres algo enfadada. Este registro se llevara a cabo a través de una economía de fichas, en la que la niña tendrá claras las normas y estarán colocadas en un lugar visible para recordárselas siempre que haga falta y el premio positivo o negativo se la explicara antes de dárselo.
Respecto a las conductas caprichosas se han de extinguir, sin olvidar que ahora mismo esa niña está viviendo un momento de celos hacia su futuro hermana, hay que explicarla con claridad que por que tenga un hermano ella va a seguir siendo tan importante como hasta ahora para sus padres. Para extinguir las conductas caprichosas y las rabietas podemos utilizar con la niña otra vez la economía de fichas pero un poco modificada, haciendo que ella misma sea la que se autogestione las fichas, bajo la supervisión de los padres  y elija los premios que quiere obtener, pero estos premio no tiene porque ser solo materiales.

CASO B
1.    ANÁLISIS DE DATOS
Oscar es un niño de 4 años. Cada vez que sale a la calle con su madre pide que ésta le compre juguetes. Cuando la madre le dice que no, Oscar responde a esto llorando, pataleando… Ante esta situación la madre actúa de dos formas: riñendo a Oscar, o comprándole lo que quiere. Ésta conducta de repite en casa y en la calle
2.    ANTECEDENTES:
El niño repite la conducta porque ha aprendido que haciéndolo consigue su objetivo la mayoría de las veces. La frecuencia de esta conducta se da cada vez que el niño ve algo que le gusta cuando sale a la calle.
3.    PREGUNTAS:

1.    Ante esta situación, la madre refuerza positivamente la conducta negativa.
2.    Ante esta situación, la madre refuerza la conducta negativa del niño, porque le presta atención  esto, a los ojos del niño, es un refuerzo positivo para él, ya que la madre le presta intención.
3.    En el primer caso el niño obtiene dos cosas: la recompensa material (juguete), y la atención de la madre.
4.    En el segundo caso el niño obtiene la atención de la madre.
5.    Ante la riña, el niño se sentirá molesto, pero seguirá actuando de la misma manera, para seguir intentando conseguir aquello que desea

4.    INTERVENCIÓN:
1º Recomendaríamos a la madre hacer una actuación inicial en casa, explicándole al niño lo que harán cuando salgan a la calleàejemplo “iremos al parque, vamos a dar un paseo”; y en un principio tendría que evitar pasar por los comercios, para así ir cambiando los refuerzos materiales por los refuerzos sociales, y así el niño se irá acostumbrando a disfrutar simplemente de salir a la calle sin obtener ningún premio a cambio.
2º Si las rabietas siguen, bajo ningún concepto se le comprara nada, y tampoco se le prestara atención a esta conducta; no se le regañara, simplemente ignoraremos esta conducta.
3º Cuando la mala conducta vaya desapareciendo, la madre podría hacerle un “regalo sorpresa”, explicándole que como se está portando bien y no pide cosas constantemente, recibirá recompensas tanto materiales como sociales de vez en cuando. Ejemplo: le regalaremos un coche de juguete, o iremos todos juntos al zoo.

CASO C:
1.    ANALISIS DE DATOS:
Niño de 11 años varón, tras llegar a casa de la escuela tiene tareas que hacer, pero en vez de hacerlas, deja la mochila en su cuarto y se pone a jugar a la consola durante 2 horas o más tiempo. Pasado ese tiempo, merienda y después sale a la calle con la bici para ver si encuentra a algún amigo. Tras volver a casa 8 y media aproximadamente (depende si se ha encontrado con alguien), va a su cuarto y al sacar los distintos materiales de la mochila dice que está cansado y que no le da tiempo a hacer los deberes, que es mucho y que lo mejor será hacerlos otro día. Si se le obliga a hacer las tareas, muestra mucha ansiedad y nerviosismo, se mueve de un lado a otro y no para de discutir con su padre sobre la imposición de hacer la tarea. Tras casi media hora discutiendo el padre le ignora y le dice que haga lo que quiera. El niño en ese momento se encierra en su cuarto y se pone a leer tebeos.
Como antecedentes de la conducta de evitación hacia la realización de tareas podemos destacar una serie de estímulos: llamadas de los amigos a casa, en las cuales el niño habla con ellos de quedar o de salir a dar una vuelta, el ver la consola nada más llegar, la cual se encuentra en el salón enchufada a la tele, el tono de voz, los gritos, la postura intimidatoria, los gestos y las expresiones de las que se sirve el padre cuando llega a casa y que adopta cuando se entera de que el niño no ha hecho los deberes, lo cual le provoca el niño este nerviosismo y ansiedad, y tener tebeos en su cuarto los cuales siempre están encima de la mesa de estudio preparados para ser leídos.
La conducta que nosotros queremos que el niño que alcance, consistiría en que el niño aumentara los tiempos de estudio y que esos tiempos sean lo más productivos posibles, es decir, que durante ese tiempo el niño no se entregue a ninguna distracción y que poco a poco pueda ir cumpliendo en el mismo día con las tareas propuestas. Asimismo queremos que el niño, nada más llegar a casa, se disponga a hacer estas tareas y realizar la conducta de estudiar de manera autónoma, sin necesidad de que ningún adulto tenga que estar encima de él.
Si esto no se logra las consecuencias podrán ser desastrosas para el niño en un futuro no muy lejano ya que, al ir poco quedándose atrás en los estudios, su evitación hacia los estudios irá a más y al final, si no llega a alcanzar el nivel necesario, podrá llegar a repetir curso, de modo que al separarse de sus compañeros y al encontrarse peor adaptado en un clase con niños de menor edad, su ansiedad y sensación de fracaso irá mayores, pudiendo desarrollar conductas cada vez más disruptivas, fruto estas de querer aliviar su frustración y de querer ganarse una popularidad entre sus compañeros. Asimismo, creemos que también los problemas en casa irán a más. Aumentarán las relaciones conflictivas entre el niño y el resto de miembros de la familia, debido no sólo al fracaso sino también a las cada vez más intensas broncas del padre, y al final este con tal de dejar de sentirse mal tendrá problemas para quedarse en casa, pasando cada vez más tiempo en la calle y poco a poco, lo más seguro, es que también aumenten las conductas violentas de cara al resto de miembros de dicha unidad familiar. Por otro lado, mientras esto ocurre el tiempo pasa y por tanto la conducta disruptiva a modificar se cronificará cada vez más, provocando que al niño le sea cada vez más difícil, reconciliarse con los estudios. Pero no sólo eso, sino que también podrá evitar aquellas tareas que le puedan suponer no ser agradables, no desarrollará responsabilidades, ni sentido del deber ni lograremos que experimente sensaciones agradables por el deber cumplido.
Para poder lograr esta conducta mediante el conductismo se aplicarán las siguientes estrategias: lo primero será quitar del salón la consola la cual se guardará en un sitio adecuado, el cual no conocerá el niño pero si los padres, después se procederá, no sin antes hablar con el niño, a retirar de su cuarto aquellas cosas que puedan suponer una distracción (tebeos, otras consolas, ordenador, juguetes, etc.) y se procederá a guardarlos o bien en una zona común o bien en otra sala si la hubiere a la cual el niño sólo podrá acceder al terminar su tarea. Más adelante, se procederá con el niño a diseñar y concretar un planning de estudio. Dicho planning será pactado entre este y el adulto. En él se pondrán todos los días de la semana y dentro de cada uno de esos días se establecerán los horarios de estudio adaptándose a las demás actividades a las que el niño pudiera estar apuntando y que también pueden suponer una fuente de realización. Asimismo firmaremos un contrato con él (como una especie de contrato terapéutico). En dicho contrato se incluirán los compromisos y deberes que voluntariamente adopta el niño y los objetivos que quiere conseguir, como también se incluirán aquellos derechos que tiene, es decir, a que cosas puede optar si cumple con sus obligaciones y como no debe de ser tratado en el caso de que por alguna circunstancia ajena a él o circunstancial no pueda cumplir con sus obligaciones. En el contrato además figurarán las sanciones o recompensas a establecer, en el caso de que cumpla o no con las tareas.
Una vez hecho esto, se procederá a establecer un contacto con el personal docente del centro en el cual el niño estudia, le expondrá los problemas de este para estudiar, pero no obstante hablará con los profesores sobre la iniciativa que toma por empezar a tomarse en serio las tareas en casa y pedirá a los profesores que le informen de los progresos o retrocesos que estos vean que pueda mostrar. Asimismo se tendrá la opinión del personal docente en cuenta, de tal forma, que también nos podamos plantear la posibilidad de adoptar otras estrategias de intervención frente a este problema.
Tras haber cumplido con todo estas fases, pasamos ahora a tratar de explicar como vamos a hacer de forma más práctica que el niño adquiera dichas conductas. Una vez que el niño llegue a casa, cumpliendo con el horario pactado y sin que le dé tiempo para distraerse se le preguntará cuales han sido las tareas que le han encomendado, una vez que nos las diga pasaremos a recordarle a que se ha comprometido, le ayudaremos a planificar su estudio y le dejaremos que vaya a estudiar. Tras pasar un rato adecuado se le preguntará que tal le va, si necesita algo, etc. En ese momento si le vemos que está haciendo su trabajo, le reforzaremos positivamente, diciéndole cosas que le hagan sentir bien. Tras haber pasado el tiempo de estudio (el cual podrá ser ampliado si este necesita más tiempo), nos sentaremos con él y le pediremos que nos enseñe las tareas, en este momento le preguntaremos sobre las dificultades que se le han presentado, como se ha sentido, y le daremos estrategias para superar la frustración. También le pediremos que nos cuente que cosas ha aprendido, que le han parecido, si las ha considerado interesantes, etc. Si vemos que ha estudiado, que ha cumplido, en un calendario personal, hecho por nosotros pondremos una pegatina circular verde como día conseguido, en caso de que no haga nada, pondremos en el calendario una pegatina roja, que significará que no ha cumplido con la tarea. Si esto ocurre, se aplicará castigo positivo, que podrá ser que ese día no tenga derecho a leer tebeos o a tener un ocio, que al él le pueda gustar.
Si por el contrario, ha realizado la conducta, se le dejará elegir en que quiere emplear su tiempo libre, esto a diario. Respecto a las pegatinas verdes, estas servirán para hacer un programa de refuerzos de intervalo y de razón, es decir, cuando acumule cinco pegatinas verdes, estas servirán como puntos para hacer una actividad que al él le guste pero más intensa, es decir, ir de excursión, al cine, comprar algo que le pueda gustar, etc. Más adelante, con el fin de no acabar con el poder de refuerzo, el número de pegatinas a acumular será mayor para poder realizar este tipo de actividades.
Cuando acumule cinco pegatinas rojas, esto no servirá como indicador para saber que el programa no está funcionando y por tanto, se analizará la cuestión para obtener las medidas adecuadas. Cada pegatina roja supondrá no elegir en el momento después del estudio, en que poder disfrutar su tiempo libre. Cinco pegatinas rojas, eliminarán la recompensa ofrecida por cinco pegatinas verdes. El niño tendrá constancia de este calendario de pegatinas y en él habrá un apartado en donde el niño irá poniendo que cosas quiere hacer cuando cumpla con las cinco pegatinas.


MARTA NUÑEZ ROYO
NORA SEOANE CAJAL
LUCIA FERNÁNDEZ DÍAZ
MIGUEL NAJERA LOPEZ

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