PRÁCTICA
4. TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD TDAH
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Análisis
del caso y planteamiento de la intervención en el contexto de la escuela
respondiendo a las siguientes preguntas.
ANALISIS DEL CASO:
Nos encontramos ante el caso de una
niña de seis años, cuya madre ha pedido ayuda ya que la niña tiene problemas
de conducta y dificultades de aprendizaje.
La niña es la segunda hija de la
pareja, el embarazo y el parto transcurrieron con normalidad, su hermano
mayor no refiere ningún tipo de dificultad. Además la madre plantea que son
una familia sin problemas, pero que la conducta de la niña está generando
problemas entre los padres.
Durante el primer año, la niña no
dormía mucho, comía mal y era muy inquieta. Comenzó a andar a los 16 meses.
Era una niña con dificultades sociales, poco simpática y bastante
introvertida. Tuvo un desarrollo normal de las competencias comunicativas. A
los tres años la pusieron gafas, en la actualidad llega a las 4 dioptrías,
pero hay dificultades para que la niña utilice las gafas.
Referente al ámbito escolar, la niña
desde que comenzó en la escuela infantil a los 18 meses, hasta la actualidad,
ha sido evaluada de la misma manera por todas las profesoras. Ha sido calificada
como una niña movida, con problemas de atención, tiene dificultades para
aceptar las indicaciones de los adultos y además pega y molesta al resto de
sus compañeros.
Desde hace algunos mese lleva
tratamiento con Rubifen, desde entonces su conducta ha cambiado a mejor.
CONCLUSIONES:
La niña ha sido diagnosticada de
TDAH, del tipo con predominio
Hiperactivo-Impulsivo, tiene una gran tendencia a desafiar al adulto,
a no cumplir las indicaciones de estos y mal genio.
Tiene dificultades en la lectura y
la escritura, pero está recibiendo apoyo específico en estas áreas. Se
considera fundamental también que reciba otro tipo de apoyos de
profesionales, para tener más autocontrol, aprender a resolver problemas y a
admitir pautas de los adultos.
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¿Qué intervención propondrías para
aumentar el autocontrol en situaciones de conflicto con los compañeros?
Para empezar y ayudar al autocontrol de la niña estas son
algunas pautas para la actitud del profesor y el ambiente a organizar en
clase, que le ayudará a tranquilizarse y sentirse más cómoda:
* Positiva.
* Fuerza de ánimo y paciencia.
* Solución de problemas de forma altamente organizada.
* Elogiar y recompensar al alumno.
Ambiente:
* Altamente estructurado y predecible.
* Poner reglas a la vista.
* Mantener a la vista horarios y tareas.
* Llamar su atención en los cambios de horario.
* Establecer horas específicas para tareas específicas.
* Establecer un lugar de trabajo tranquilo, para ser usado de
acuerdo a las necesidades (ponerle solo y sin nada que le distraiga para
tareas de mayor concentración. Explicar que no es un castigo, sino una ayuda
para que se pueda concentrar mejor).
* Colocar al niño junto a compañeros que le puedan aportan un
modelo positivo.
* Planificar las actividades de estudio a primeras horas.
* Proporcionar descansos frecuentes y regulares.
* Utilizar técnicas para llamar la atención (p. ej.: señas
concretas, códigos de colores diferentes,
etc.
PRINCIPIOS ADICIONALES DE ESTRATEGIAS Y SOLUCIONES
PARA LA ACTIVIDAD EXCESIVA:
* Guiar la actividad excesiva hacia vías aceptables:
P. ej.: en lugar de reducir la actividad del alumno, fomentar el
movimiento dirigido en la clase cuando es disruptivo, o permitir que se ponga
de pie al finalizar la tarea.
* Utilizar la actividad como recompensa:
P. ej.: recompensar el mejoramiento de la conducta permitiendo
que haga recados, borrar la pizarra, organizar los libros, recoger,....
* Utilizar respuestas activas como instrucción:
P. e.: hablar, moverse, organizar, pintar, trabajar en la
pizarra,....
Para el autocontrol de la niña trabajaremos con ella las
técnicas de relajación que le ayudarán a contenerse en clase:
TÉCNICAS DE RELAJACIÓN.
Un error muy frecuente en el trato de los niños hiperactivos es
olvidar que estos niños, en cuanto a su capacidad de autocontrol, tienen una
edad muy inferior a su edad cronológica. Es necesario buscar formas de
controlar el propio cuerpo, a través de la relajación mediante ejercicios de:
Tensión - relajación muscular y ejercicios de control de la
respiración.
Estos ejercicios se pueden realizar con toda la clase, en los
momentos que se consideren oportunos.
"Sentados en la silla, encoger, contraer todos los
músculos, retorceros todo lo que podáis.....así, muy tensos.................,
soltar todos los músculos ahora,......quedaros flojos como si fuerais muñecos
de trapo.... muy bien.....Otra vez, encogeros y contraeros mucho, poneros muy
tensos...............soltar todo el cuerpo y quedaras flojos..."
Hacer esto tres veces repitiendo las consignas.
"Ahora iremos de aire, coged todo el aire que quepa en
vuestros pulmones, llenaras mucho, mucho,... sois como un globo porque estáis
conteniendo la respiración... soltar el aire... sin forzaras, dejarlo salir
como si fuera un globo que se va desinflando poco a poco... ssshisss,
ssshisss,.. sin echarlo de golpe... echar todo el aire hasta que vuestro
estomago se hunda y casi toque vuestra espalda... muy bien... Otra vez.
Repetir esta actividad tres veces.
"Ahora, apretar los puños con fuerza, también apretar pero
sin haceros daño los párpados... muy bien... soltar los puños y abrir
despacito los ojos... muy bien..."
Esto sólo se les pide que lo hagan una vez.
Estas técnicas son muy útiles para motivar a los niños a que
antes de ponerse a estudiar cada día, se relajen.
Así descansan, se les llena el cuerpo de oxígeno que facilita el
estudio y es como una "contraseña" secreta para que todo vaya bien
y resulte fácil.
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¿Qué intervención propondríais para
modificar la conducta de la alumna en el aula consiguiendo que permanezca
sentada durante las actividades?
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Lo primero que pensamos a la hora de afrontar este problema es que
pese a las posibles intervenciones que se puedan desarrollar a nivel
cognitivo-conductual, lo adecuado es que estas se vean reforzadas con un
tratamiento farmacológico continuado. De modo, que antes de nada nos tenemos
que asegurar de que la familia acepta y es consciente, de que la niña tiene
este problema y por tanto, aunque sólo sea dando apoyo al tratamiento
farmacológico, tenemos que asegurarnos de que la familia se presta a esta tarea
y asume su responsabilidad en este aspecto.
Es
necesario además que antes de realizar cualquier intervención, tengamos en
cuenta, que la niña al tener este problema presenta una dificultad mayor para
mantener una atención controlada (aquella que requiere esfuerzo), que presenta
dificultades para mantener y recordar lo aprendido, que es muy sensible a las
variaciones del contexto y del ambiente de trabajo y que presente una serie de
déficits en lo referido a la comprensión lectora y a las operaciones
matemáticas elaboradas. Esto es importante tenerlo en cuenta, puesto que se ven
muy influidos por la figura del profesor y por el bombardeo estimular en el
aula, de modo que si el grupo de alumnos que tenemos en clase es muy ruidoso o
provoca mucha agitación lo más seguro es que nuestra intervención fracase
empleemos el método que queramos, asimismo, se habrá de variar también la
manera de enseñar, para que de este modo se pueda crear un ambiente de
aprendizaje lo más significativo y motivador posible, con el fin de que no
ocurra lo anteriormente mencionado.
Por
tanto, de la misma forma que tenemos que tener en cuenta si la niña está
cumpliendo con el tratamiento farmacológico o no, es preciso antes de
intervenir en el plano personal, que evaluemos y analicemos el contexto que
rodea a la niña en el aula mientras se desarrolla el proceso de aprendizaje. Si
vemos que el contexto puede ser malo y perjudicial para poder modificar ciertas
conductas (en este caso de impulsividad comportamental) tenemos que tener en
cuenta la posibilidad de poder tomar una serie de medidas que tendrían como fin
la modificación del contexto, y entre las que destacaríamos las siguientes: dar
clase a la niña con un grupo más reducido de escolares de forma que la podamos
prestar más atención y realizar una otro tipo de actividades conjuntas,
preparar el ambiente antes de las clases, practicando previamente con la niña y
con el resto de niños, ejercicios de relajación o bien una serie de ejercicios
físicos previos, con el fin de que se encuentren un poco más relajados, dotar a
los alumnos y a la niña de sitios cómodos y adecuados (¿porqué tienen que estar
sentados en sillas?, ¿no pueden dar la clase mejor sentados cómodamente en un
suelo hecho de colchonetas y con el profesor también con ellos haciendo un
corro?), explicarles antes de empezar, de forma clara y concisa, punto por
punto, lo que vamos a hacer con el fin de prepararlos previamente para que
puedan afrontar situaciones de incertidumbre, marcar un horario preciso de
duración de la clase para que desde un principio sientan y sobre todo la niña,
que la clase no se va hacer eterna, etc.
Una
vez hemos tratado de solucionar lo anterior, pasamos a realizar una
intervención más directa con la niña. No obstante, tenemos que tener presente,
que la niña se encuentra en una clase con otros niños, y que al mismo tiempo
que realizamos una
intervención
con la niña, tenemos que prestar atención al resto del grupo, para que no
acaben mostrando más aversión hacia ella. Esto puede parecer que no tiene nada
que ver con la intervención, no obstante pensamos, que la única forma posible
para poder solucionar este problema conductual, así como otros muchos que la
niña tiene, se hace necesario que trabajemos con ella en el ambiente en el que
se producen y que combinemos actuaciones individuales y grupales, con el fin de
que podamos desarrollar una intervención lo más integral posible, que sea capaz
de dar solución a los problemas que la niña presenta en estos ámbitos y que sin
nuestra ayuda es muy posible que de forma autónoma no pueda solucionar por el
momento. En consecuencia, y como hemos mencionado anteriormente, se hace
necesario que encontremos un método adecuado para dar los contenidos, es decir
tenemos que cuidar, que por encima de todo, el aprendizaje no sea aburrido
(sobre todo para la niña). Por tanto, trataremos de combinar el aprendizaje
teórico y práctico, es decir, durante toda la clase estimularemos la
participación con preguntas concretas y fáciles de lo que vamos viendo, y
premiaremos a la niña de forma verbal cada vez que pregunte o conteste a algo.
Además, durante el transcurso de la clase, trataremos de introducir mini
actividades que realizarán los alumnos agrupándose en pequeños grupos, que
serán fáciles de hacer, con instrucciones claras y precisas (pensando en la
niña), que se darán por escrito y se leerán con ella, con el fin de que pueda
entender claramente los pasos a seguir. Tras leerlas se pasará a preguntarla,
que cosas no ha podido comprender y se volverán a explicar cada vez que sea
necesario. Se premiará a la niña cada vez que sea capaz de pedir ayuda. Estas
actividades, por otra parte también nos pueden servir para que la niña sea
capaz de socializarse aún más, lo que ayudará a que pueda crear un entorno más
agradable para ella, puesto que durante el desarrollo de estas actividades,
intentaremos que los alumnos establezcan una comunicación entre ellos, y
aplicaremos reforzadores positivos cada vez que traten de ayudarse. De esta
forma, se reducirá en gran medida su nivel de frustración, y por tanto creemos,
que disminuirán las conductas desadaptativas como la impulsividad, las
conductas violentas y la necesidad de estarse moviendo de un lado para otro.
Asimismo durante el transcurso de las clases, en los momentos de trabajo en
equipo o bien, cuando tengamos la ocasión, nos preocuparemos de establecer con
la niña un contacto humano constante, de forma que sepa que nos tiene siempre
ahí cuando nos necesite y que va a tener ayuda cuando sienta frustración o se
vea incapaz de resolver algo.
Si
vemos que empieza a acumular mucha frustración o mucha tensión, no la
obligaremos a seguir con la actividad, o bien sentada o quieta. Trataremos de
aplicar distintas técnicas entre las que destacaríamos las siguientes: salir de
clase para poderse tomar unos minutos de descanso y poderse relajar, sentarse
en un sitio tranquila y que puede realizar otra actividad (dibujar o leer algo
ameno), proponer un descanso general para toda la clase y que puedan hablar
sobre algo que les pueda interesar, etc. Una vez se apliquen estas técnicas y
siempre después de clase, se tratara de tener una conversación más personal con
la niña, donde la invitaremos a que nos cuente porqué se ha sentido así, que
puede ser lo que le ha llegado a crear esa frustración y de qué forma se la
puede ayudar, para tratar de resolver ese problema.
Con
esto creemos que el problema que tiene de no poder estarse quieta en clase,
desarrollando conductas impulsivas, se solucionará poco a poco y con el tiempo.
Pero creemos que es fundamental, que durante todo el desarrollo de nuestra
intervención tratemos de mantener una actitud positiva, comprensiva y empática
con la niña. No podemos olvidar que la niña no es culpable de esta conducta, y
que esta es fruto de la problemática de la niña y no de ella en sí. El éxito de
nuestra intervención pasa fundamentalmente, por establecer una relación de
confianza y lo más afectiva posible con la niña.