ESTILOS COGNITIVOS
Los
estilos cognitivos son conjuntos de rasgos estables intelectuales, afectivos y
emocionales mediante los que una persona interactúa en un ambiente de
aprendizaje. Se encuentra integrado por habilidades cognitivas y
metacognitivas.
Hemos
observado que los estilos cognitivos poseen una serie de características que
convergen en torno a estos rasgos:
1-
Cada estilo cognitivo es un enfoque de procesamiento simbólico que se mantiene
de manera consistente y estable a lo largo de la vida de la persona. Es algo
que no cambia constantemente en las personas, ya que es fruto de un proceso
dinámico ocurrido en la infancia. Sólo la toma de conciencia de estilo
cognitivo, así como la experimentación de otro, pueden posibilitar el paso
efectivo a otro estilo o mejorar las competencias en el ya existente.
2-
El estilo cognitivo, se mueve a lo largo de un eje bipolar. Cada uno de los
polos de este eje señala los bordes del continuo. El estilo cognitivo de un
individuo puede ubicarse en cualquiera de los puntos que forman dicho eje. Debido
a esto, hay personas que se les da bien ejecutar o realizar determinadas tareas
en función de la posición de su estilo en dicho eje. Si la persona toma
conciencia del estilo cognitivo, se pueden implementar estrategias que
fortalezcan la forma correcta de utilizarlo, cambiándolo de posición en el
continuo, o bien utilizar otros nuevos. De este modo, la persona puede superar
muchas de las debilidades o problemas a los que se enfrenta.
3-
Los estilos cognitivos, influyen en muchas de las dimensiones del funcionamiento
psicológico-integral del individuo. Así por tanto, estos influyen sobre todo en
el plano afectivo; si se consiguiera desarrollarlos y consolidarlos, podrían
ayudarnos a que desarrolláramos con éxito diferentes programas formativos.
4-
Son fruto de nuestra evolución y desarrollo en sociedad. Nacen de las distintas
respuestas cognitivas (adaptativas) que el sujeto da con el fin de adaptarse al
medio que le rodea. Así por tanto, los estilos cognitivos poseen un fuerte
componente social y su desarrollo está ligado al medio que nos rodea y a las
relaciones que establecemos con los demás.
5-
Los estilos cognitivos indican los modos que tenemos de funcionar mentalmente.
Esto hace que nos diferenciemos de otros seres humanos a la hora de: percibir
el medio, procesar la información, resolver problemas, enseñar, aprender,
actuar a partir de determinadas estrategias de funcionamiento mental, etc. Esto
por tanto, tiene implicaciones en el sujeto, que se manifiestan en los planos
laboral, formativo, social y personal.
6-
El estilo cognitivo cubre un amplio tramo que va desde las teorías de la
personalidad hasta teorías de la percepción, ya que a través de estos, podemos
analizar y describir los modos o formas de manejar la información que tiene una
persona.
7-
No se pueden confundir con: estrategias cognitivas, aptitudes cognitivas,
inteligencia y estilos de aprendizaje. Las aptitudes intelectuales se
establecen como gradación, no son bipolares, las estrategias cognitivas serían
procesos aprendidos y utilizados por el sujeto para responder a una situación
de aprendizaje donde la información se presenta de muchas formas, y el concepto
de inteligencia, por otro lado, nos remitiría a su vez, al nivel de desempeño
en la ejecución de cualquier tarea intelectual.
Por
otra parte, mientras que el estilo cognitivo nos da la idea de estructura, de
visión personalista, el estilo de aprendizaje nos da la idea del proceso, es
decir, de la estrategia desarrollada para afrontar determinadas tareas.
La reflexividad-impulsividad
configura un estilo cognitivo
conceptualizado por el profesor Kagan de la Universidad de Harvard
en la década de los 60 (Kagan, 1965a,b, c y 1966). En USA la investigación en
torno suyo lleva ya, pues, tres décadas de tradición y algo parecido ocurre en
otros países del ámbito cultural anglosajón, incluyendo Japón e Israel. En España su estudio ha sido
abordado recientemente.
Los estilos cognitivos son
constructos teóricos que explican procesos cognitivos mediacionales, es decir,
lo que ocurre en la mente del sujeto cuando éste elabora una respuesta frente a
los estímulos ambientales, los procesa y se enfrenta a la realidad. Nosotros
los consideramos como modos habituales de procesar la información por parte de
los sujetos (Gargallo, 1989). Estos estilos son consistentes, difíciles de
cambiar y su raíz es básicamente cognitiva, aunque conectada con toda la
personalidad. En otro trabajo (Gargallo, 1989), realizamos una clasificación de
los mismos que pretendía ser exhaustiva, recogiendo veinte de ellos. Dos de
estos estilos destacan por su popularidad: la dependencia-independencia de
campo (Witkin y Goodenough, 1985), sobre la que se ha investigado bastante en
nuestro país, y la reflexividad-impulsividad, objeto de este trabajo y de
nuestra investigación.
El estilo cognitivo
reflexividad-impulsividad es un constructo teórico bipolar que incluye dos ejes
fundamentales:
a) Latencia o demora temporal: es el tiempo
previo a la emisión de la respuesta, por parte del sujeto, en situaciones con
algún grado de incertidumbre en que la respuesta no es inmediatamente obvia,
que se emplea en analizar los datos disponibles y que conduce a tiempos largos
en unos sujetos versus breves en otros.
b) Precisión o exactitud en la respuesta: es
la calidad del rendimiento intelectual, que conduce a aciertos en unos sujetos
y a errores en otros.
Los sujetos reflexivos emplean
más tiempo que los impulsivos en analizar las cuestiones, se toman periodos más
largos de latencia, son más cuidadosos y aciertan más porque sus estrategias de
análisis son idóneas, mientras que en los impulsivos ocurre lo contrario.
La
psicología ha identificado un amplio rango de dimensiones de estilos cognitivos
y se han establecido de acuerdo con la polaridad extrema a la que estos
tenderían:
• Dimensión divergencia / convergencia: preferencia de la persona de centrarse en la certeza de la respuesta, o en la posibilidad de acierto; si la persona enfrenta típicamente un problema, campo o tema de manera abierta y exploratoria o si lo hace de manera cerrada y altamente focalizada.
• Dimensión divergencia / convergencia: preferencia de la persona de centrarse en la certeza de la respuesta, o en la posibilidad de acierto; si la persona enfrenta típicamente un problema, campo o tema de manera abierta y exploratoria o si lo hace de manera cerrada y altamente focalizada.
• Dimensión
holismo / serialismo: preferencia por el todo o las partes, si la persona tiene
la tendencia a responder una tarea de aprendizaje por medio de una aproximación
holista, basada en hipótesis, o por medio de una aproximación focalizada que se
caracteriza por un proceso paso a paso, basado en datos.
• Dimensión
adaptación / innovación: si frente a una situación problemática la persona
tiene preferencia por " hacer las cosas mejor", o si tiende más bien a
"hacer las cosas de manera diferente"
• Dimensión
visualización / verbalización: si la modalidad preferida de representación de
ideas y conceptos en la mente es el visual (imágenes) o si, por el contrario es
verbal (palabras, oraciones)
• Dimensión
centración / barrido: si, frente a una serie de tareas, la persona prefiere
ordenarlas una después de la otra y no comenzar una hasta tanto haya terminado
la otra, o si su tendencia es a ir trabajando en todas por periodos cortos de
tiempo.
• Dimensión
concreción / abstracción: si para el aprendizaje de algo nuevo la persona acude
a experiencias concretas o si prefiere manejar ideas abstractas.
• Dimensión
Independiente / sensible: tendencia de una persona a asignarle una organización
y estructura propias a la información disponible para realizar una tarea o
resolver un problema con independencia de la forma como ha sido presenta o, en
contraste, la tendencia a resolver la tarea o problema manejando la información
disponible sin desprenderla del contexto en que ha sido presentada y sin
cambiarle su estructura y organización iniciales.
MARTA NUÑEZ ROYO
LUCIA FERNÁNDEZ DÍAZ
MIGUEL NÁJERA LÓPEZ
NORA SEOANE CAJAL